sábado, 10 de abril de 2010

CAPITULO 6

CAPITULO 6
CHILE EL BALLET DE ARTE MODERNO DEL TEATRO MUNICIPAL
1959- 1966

O: Llegué a Santiago en septiembre del 58, pero los preparativos que había conocido por carta estaban muy atrasados. En Zagreb se habían ido los mejores bailarines al saber de mi partida y llegué a Santiago para encontrarme con poco más que buenas intenciones de parte de mis anfitriones. Aunque la orquesta Filarmónica del teatro Municipal ya estaba dando conciertos, dirigida por mi amigo Juan Matteucci, subvencionada correctamente.
En esas semanas de desconcierto, hice clases en la academia de Tonka Domic, pues Uthoff y Botka no me dieron ni la hora. Comenzaron a llegar los bailarines, en gran cantidad, apareció Mónica Bordeu llena de ideas. También se unieron a nosotros Olivia Bunster de Heiremanns y Manuel Bianchi Gundián. Gente maravillosa. La primera presidenta del Directorio del Ballet de Arte Moderno fue Mónica; luego Gerardo Larraín y Arturo Edwards. También se nos unió Pablo Llona y Coke. Gente extraordinaria, sin cuyo concurso no hubiera existido el BAM. Todo esto duró hasta el 66, en que el alcalde Domínguez exigió mi partida por razones de "vida licenciosa".
El 66 yo estaba agotado, era director, coreógrafo, maestro conferenciante, bailarín, relacionador público, tenía que trasnochar por las llamadas telefónicas al extranjero a causa de todas las visitas internacionales. En esa época sin fax, ni discado directo, trasnochar debido a la diferencia horaria fue fatal para mí. Los periodistas y numerosas recepciones me llevaron a tomar más de la cuenta y la tensión de esa vida me afectó seriamente. Cuando a Maurice Béjart en Bruselas le ocurrió algo parecido, los reyes de Bélgica, gente abierta y culta, influyeron para que Béjart tomara un descanso y lo ayudaron a desintoxicarse.
En el caso mío, ya que no estaba frente a los reyes de Bélgica sino que al Sr. XX, de distinta percepción de la vida cultural y la dimensión humana, en vez de compresión y ayuda, debido a la obra realizada, recibí "el pago de Chile" con toda esa pequeñez provinciana de los que somos capaces los chilenos en nuestros peores momentos.
V: Pero, todo sumado, esos siete años fueron llenos de creatividad para el BAM, para tí, para el ballet en Chile. Se podría decir que lo que hay de ballet en Chile el 92 tuvo sus bases en las décadas del cuarenta al sesenta.
O: Todo sumado, el BAM fue algo notable. Piensa que vino a bailar con nosotros Dame Margot Fonteyn, estrella del Royal Ballet; Michael Somes del Royal Ballet; Serger Lifar montó "Aubade"; vino Tamara Toumanova; se nos unió el Ballet Kirov; llegaron numerosos coreógrafos en la cúspide de su carrera: Lifar, Tomski, Margaret Dale, Michael Somes, Elsa María von Rosen. En realidad fueron años brillantes. Más encima, por primera vez teníamos un Presidente de la República que amaba el ballet, don Jorge Alessandri, quien fue un gran apoyo para el BAM. Y en esos años realicé tres coreografías muy importantes para mí: mi trilogía "Impulso", "El grito" y "Pasión". Y una que amo especialmente: "El mandarín maravilloso".
Margot Fonteyn, nacida en 1919 , andaba por los cuarenta años cuando vino a Chile y a su debut asistió el Presidente Alessandri. Fue grandioso. Acuérdate que en esa época se había fugado Nureyev de la tutela soviética y que poco después formó con Margot Fonteyn la pareja legendaria, ella mayor que él. Ella estudió con Grace Bosustow, George Goncharov, Serafina Astafieva y Vera Volkova. Entre sus éxitos se contaba su interpretación de "Ondina" y era la predilecta del coreógrafo Frederick Ashton.
Michael Somes estudió con Blott y Espinosa; en 1962 era subdirector del Royal Ballet. Fue frecuente pareja de Margot Fonteyn en roles como "Horoscope", "Daphnis y Chloé".
V: Tu primera coreografía, el 59, en el BAM fue "El lobo", música de Dutilleux.
O: Si, fue muy lograda y quedó en el repertorio. También la hice en Zurich con Gabriel Popescu como lobo. Una historia bella y trágica. La prensa y la radio nos dieron un apoyo inmenso, desde El Mercurio, Las Ultimas Noticias, La Tercera, El Siglo, Ercilla, los lectores siguieron con orgullo las vicisitudes del BAM. Zig-Zag nos seguía con especial atención.
Hicimos esas giras nacionales de las que te hablé, de Arica a Osorno. Chuquicamata y los mineros quedaron entusiastas. Y en las poblaciones, aunque en las primeras presentaciones sobre nuestro escenario de madera desarmable nos gritaban groserías y palomilladas, al corto tiempo nos recibían con júbilo. Si hubieras visto como nos daban bocadillos y bebidas, cómo nos acogían, con qué cariño y orgullo. Fue maravilloso. Las juntas de vecinos nos pedían que volviéramos, fue una gran difusión para todos los públicos.
El empresario teatral César Martínez fue clave en la realización de las giras. Mi única condición, luego de aceptar honorarios bajos para todos, fue exigir que hubiera funciones gratis en las mañanas para pobladores y estudiantes; en la tarde, las funciones eran pagadas. Así este "arte mal amado" comenzó a tener un público, a ser amado de verdad. El Presidente Alessandri nos facilitó aviones de la FACH. Hasta Perú llegamos, invitados, a Tacna. Llenábamos teatros y gimnasios a precios módicos.
En esos años formé coreógrafos como Germán Silva, quien luego se fue a París y falleció recientemente , y a Raúl Galleguillos. Fernando Cortizo, casado con alemana, vive en ese país.
Del BAM salieron escenógrafos como Emilio Hermannsen, hermano de Blanchette; Zapata, Edith del Campo.
Lifar vino por amor al arte: no le podíamos pagar lo que el Colón de Buenos Aires.
V: ¿Y Uthoff? Muy contento no debe haber estado, pues se tuvo que dejar el Municipal e ir al cine Victoria.
O: Seguramente estaba sentido, pero yo no tuve nada que ver, fue decisión de la Municipalidad de Santiago. Por esa época Patricio Bunster estrenó "Calaucán". Pero Uthoff no me invitaba. Cuando llegaron Peter van Dyke, Claire Motte y Labisse, estrellas de la Opera de París, ellos quisieron ver los ballets de Jooss. Tuve que comprar yo las entradas, no nos quisieron invitar. Ese día daban "La mesa verde".
V: ¿Quienes más vinieron al BAM?
O: El Stanislavski de Moscú, estrellas del Bolshoi y del Kirov. Bailaron con nosotros y también solos. El público asistía tanto a lo clásico depurado de los soviéticos como a nuestros aportes; las coreografías de chilenos, o mi trilogía ya citada. Esto impactaba a todas las edades. Veían que era posible alternar el Bolshoi con un Arturo Giolitto colgando de un columpio con su batería.
Por esa época vino Sarfati, empresario de ballet, de la Opera de París y de Janine Charrat. Somos muy amigos. El quiso llevar todo el repertorio del BAM, desde "El lobo" en adelante en gira a Europa. La Municipalidad no lo permitió, por los compromisos contraídos.
V: ¿Y "Octeto?, de esa época?
O: Era un ballet corto, abstracto, coreografía mías con música de Carlos Riesco, el compositor que gustó tanto en Europa con "La Candelaria". Era parte del repertorio, pero no impacto como otros.
V: Irena Milovan se lucía en esos años.
O: Estaba magnífica en "Redes". Estupenda bailarina, muy rápida para aprender roles. Ella y Verónica Angulo fueron memorables sirenas. También años antes, Blanchette y en París Janine Charrat.
V: No existían celos de otras bailarines al tener de estrella a tu esposa?
O: Siempre seguí la política del mejor bailarín para cada rol. Con ella no hice favoritismos, nepotismo. Es más: cuando coreógrafos extranjeros como Alfred Rodríguez, del Royal Ballet, Elsa María von Rosen, Lifar, Margaret Dale, Alexander Tomski, vinieron, ellos elegía a Irena. Pero no siempre. Y yo no intervenía.
Y la parte económica: todos ganábamos poco, pero bailábamos todo.
V: Me da la impresión que el BAM era bastante justo en la repartición de los roles y que, como presupuesto era modesto, primaba el amor por la danza más que el favoritismo o el compadrazgo. Por ejemplo, cuando vino el Bolshoi, recientemente, noté que la super estrella era la mujer del director, Gregorovich.
O: No podría decirte si esa estrella estaba ahí por causa del nepotismo. Creo que no. Allí hay verdaderas dinastías de meritocracia, que suelen ser familiares. Tal vez se podría comparar a los tiempos de Bach: ser hijo de Bach ya era una carta de presentación. Seguramente la mujer de Gregorovich viene de una dinastía meritoria también, y, bueno, no la afecta para nada ser mujer del director. Además es una doña bailarina, y creo que al final es lo que importa.
Como los dineros del BAM eras escasos, la coreografía Margaret Dale fue traída por el British Council para montar "Giselle", en una versión preciosa, muy cerca del original. Chile le pagó el alojamiento, los ingleses el resto. Margaret me pidió que bailara el Hilarión y el Coppelius, siendo que otros lo podían hacer y yo estaba abrumado de trabajo. Cuando partió, le dí esos roles a Paco Mairena. Cuando vino von Rosen, ella me pidió que bailara la bruja Mage.
V: En los Ballets Béjart, la mayoría de las coreografías eran de él; en cambio, veo que en el BAM, participaron muchos coreógrafos.
O: Mi ego no es tan grande, y además no era "mi" compañía. El dinero era de los chilenos contribuyentes, por eso creo que el BAM tenía el deber de dar todo el repertorio posible.
En cuanto a crear una coreografía, hago el distingo entre una "espontánea", inventando todo uno y buscando uno los colaboradores; y las "por encargo", en que te dan el libreto, la música, los intérpretes. Lo primero requiere más tiempo y maduración.
V: De esa época es tu "Círculos" con música de Maturana.
O: Lo hicimos una temporada. Maturana era de la Filarmónica, música de vanguardia, algo difícil para el público. Pero gustó. Luego vino "El mandarín maravilloso", un verdadero éxito. Al estreno asistieron Uthoff y Botka, ya que siempre los invitábamos. Fue la única vez en que aprobó totalmente mi trabajo. Me dijo: "Excelente, ahora no tengo más que felicitarte. Realmente es teatro danzado”. Bueno, esa era su óptica. Para mi, el "Mandarín" debe ser más que teatro danzado, debe ser simplemente "danzante", punto. Esa obra fue un éxito también en Mendoza, años después, con Victoria Anstarume y trajes muy audaces, ya que los argentinos no le tienen miedo a mostrar un poco de epidermis.
Me vienen a la memoria los brasileros que fueron al Festival Internacional de la Danza de Corrientes, el 91. Geniales bailan todo, excelentes coreógrafos. Esto me viene a la memoria a causa de la pacatería: en una obra brasilera, una muchacha salía totalmente desnuda, sin tanga, era bellísimo, muy delicado.
Recuerdo que en tiempos del BAM, un regidor se escandalizó con el "Mandarín". Me tocó defenderme en una sesión con la obra y público. Explique acerca de lo cavernaria que encontraba la medida, y el público aplaudió, para bochorno de los censores. Finalmente los regidores votaron: aprobada para mayores de 18 años. Le objetaban lo erótico, el morir de amor por una prostituta, que ama y es amada por un hombre excepcional. El libreto es de Bartok, calcula, estaban censurando a Bartok. Para mí es como ponerle taparrabos a las figuras de Miguel Angel en la Capilla Sixtina. Bueno, gente pequeña e ignorante hay en todas partes.
V: Háblame de "Romeo y Julieta", "El burgués gentilhombre" y "Pasión", de esa época.
O: "Romeo" era la obertura de Tchaikovsky, obra de repertorio, un ballet corto y efectivo. Burgués" fue una colaboración con Pedro Orthous para la obra del Instituto del Teatro. "Pasión", con bellísima música de Elgar, eso era muy mío, allí usé mis ideas fijas: la red y el columpio. El protagonista está crucificado en una gran red de pescadores de gruesas cuerdas. El baja y se sube al columpio con su enamorada, los separa una muchedumbre, él se pierde en el espacio, trepando por la red. La malla, la red, nos atrapa pero también nos libera; el columpio para mí es la estabilidad en el espacio, aunque parezca lo contrario; desde niño lo he sentido así: las suspensión en el espacio es estabilidad, es paz.
V: La red, el columpio, la pirámide, son ideas recurrentes en ti.
O: Habría que preguntarle a Freud.
V: Te deben atraer los trapecistas, el circo.
O: Fuí ayudante circense de muchacho, cerca de Quintero, en un circo pobre, claro. Cuando se enfermaba algún payaso, los reemplazaba. Amo el circo. Fellini y los hermanos Marx tienen mucho de circo.
V: "Impulso", música de Juan Orrego Salas, Premio de Arte 1992.
O: Está inspirado en un poema de un chileno. Trata de cómo el hombre nace en el cosmos. En el escenario vacío, éste se llena de un círculo de seres desde donde el hombre nace y se encadena a una sucesión de miseria, grandeza, sexo, riqueza, liberación; a través de la perfección espiritual y el conocimiento de la vida. Luego, en "El grito", el hombre vuelve a nacer en otros seres, liberándose de las prisiones. En Bonn, el 74, "Pasión", de esa trilogía, tuvo gran éxito.
V: En la época del BAM, también dabas conferencias matutinas sobre la danza del medioevo a nuestros días.
O: Eran bastante concurridas, en el teatro Municipal, las dí también en provincias.

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